Hoy compartimos con ustedes este texto reflexivo de nuestros amigos del portal Bosque de Fantasías.
Escribir
es uno de los ejemplos más importantes del desarrollo intelectual en el ser
humano. Aprendemos a escribir con esfuerzo y dedicación en edades muy
tempranas, porque se entiende que hacerlo nos servirá, además de para
comunicarnos, para formar parte e integrarnos con rapidez y normalidad en una
sociedad que utiliza el código escrito en todas sus estructuras. “Hay que
hablar con propiedad”, es una de las frases más repetidas por padres y maestros
para lograr que sus hijos o alumnos eviten las palabras mal dichas o
malsonantes. Pero lo cierto es que hoy día parece una frase más propia de
antaño, y hoy los jóvenes (y de forma
generalizada), no solo no se esfuerzan por escribir con propiedad sino que
saben que practican lo contrario debido al uso de las redes sociales y
tecnologías móviles que favorecen el uso de abreviaturas simplistas y/o
erróneas con demasiada frecuencia.
Escribir
bien y desarrollar un alto conocimiento de las normas ortográficas, requiere
estudio, concentración y práctica. Una práctica que debe ir unida
necesariamente al estudio y ejercicio de las disciplinas afines a la literatura
y a las ciencias humanas. Y en este sentido decidió trabajar el portal
educativo llamado Bosque de Fantasías,
creando un espacio en el cual los más pequeños pudiesen divertirse utilizando
las redes de forma lúdica y educativa al mismo tiempo. Un espacio que ofrece a
niños, padres y profesores, citas célebres de personajes importantes del
pasado, como Oscar Wilde; cuentos clásicos renovados; fábulas; leyendas; adivinanzas;
biografías de autores; trabalenguas; historias originales…y mucho más.
Favorecer
la lectura en los grupos más jóvenes, estimular su imaginación y curiosidad con
contenidos variados e interesantes, así como animarles a practicar la escritura
propia dando rienda suelta a su creatividad, son esfuerzos positivos y eficaces
en la ayuda hacia una redacción infantil eficiente y hacia el estudio de la
ortografía.
Por
último, es importante tener en cuenta que abandonar la idea de que ser pequeño
es sinónimo de ser ignorante, sin duda nos beneficiará a la hora de no
simplificar hasta el extremo contenidos de lectura adecuados para niños,
empobreciendo la falta de miras y el vocabulario que desde pequeños deberíamos
ir atrapando.