Sirven para representar en la escritura la entonación exclamativa. Son signos dobles (¡!), por eso se deben utilizar al abrir un enunciado y colocarlo al cerrar éste. Son característicos del idioma español.
- El signo de admiración de apertura (¡) no debe suprimirse, aunque en otros idiomas solo se utilice el de cierre.
- Estos signos se escriben pegados a la primera y a la última palabra que enmarca la exclamación, se separan por un espacio de las palabras que los preceden o los siguen, pero si es un signo de puntuación el que sigue al cierre no se deja espacio entre ambos.
Claro que vamos... ¡Terrible!, ¿son ya las ocho?; se me hizo muy tarde.
- Cuando abrimos una admiración el signo (¡) se debe colocar justo donde comienza la exclamación y se debe iniciar con minúscula.
Si encuentras trabajo, ¡vamos a celebrar!
- Tras el signo de admiración de cierre (!) se puede colocar cualquier signo de puntuación, menos el punto. Cuando la exclamación termina un enunciado y sus signos de cierre equivalen a un punto, la siguiente oración comienza con mayúscula.
No he conseguido el dinero. ¡Qué voy a hacer! Dios proveerá.
- Cuando los vocativos, las construcciones u oraciones dependientes, ocupan el primer lugar del enunciado, se escriben fuera de la exclamación; pero si van al final, forman parte de ésta.
Para que sepas, ¡no quiero ir contigo! / ¡No quiero ir contigo, para que sepas!
- Cuando se escriben seguidas exclamaciones breves, se pueden considerar como oraciones independientes o como partes de un enunciado único.
¡No quiero verte más! ¡Eres una desagradecida! ¡Vete!
b.) Es segundo lugar las diferentes preguntas se separan con coma (,) o punto y coma (;) y solo se iniciará con mayúscula la primera de ellas.
¡Estaba molesta!; ¡cómo un demonio!; ¡me echo de su oficina!
Diccionario panhispánico de dudas
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Deja tu comentario, es importante para nosotros.